2 sept 2009

Estupida forma de decir adios

Al llegar me esperaba con una sonrisa. La misma sonrisa que me dio aquel dia. Y es que a pesar de las dificultades siempre me ha a apoyado. Pero, esta vez su sonrisa era petrea, uniforme, sin rastro de vida. "¿Qué te ha sucedido?", le digo, mientras la voz se me ahoga. Nada. No hay respuesta. Como si le hablaras a una piedra ella sigue estatica delante de mi. Sus ojos posados en los mios han perdido el brillo. Ya no es la misma.
La abrazo fuerte y solo oigo un llanto. Pero, no es la suya. Detras de mi, una anciana mujer solloza. Entonces entiendo que se ha ido para siempre. Que ha muerto.

Es increible cómo los seres humanos negamos lo evidente cuando los sentimientos nublan nuestro raciocinio.

No hay comentarios: